New Zealand: Part II

Nuestra aventurilla por la Tierra Media ha llegado a su fin. Ayer fue la última noche que pasamos rodeados de kiwis, wekas, keas y algún que otro Uruk-Hai. Hace unas horas hemos llegado a un destino largo tiempo soñado: Sydney.

Desde la última vez que escribimos, hemos recorrido 3.000 km más, con lo que nuestro contador ha quedado en casi 6.500 km. Ya nos hemos adaptado al otro lado de la carretera; creo que ahora el problema será volver a conducir por la derecha, ya veremos!

Nos quedamos en el Franz Josef Glacier, suuuuuuper bonito, pero no lo pudimos ver porque llegó la nube más grande del mundo y se nos puso encima de la caravana; así que en los siguientes tres días todo lo que vimos fue nube y carretera. Después del Franz nos acercamos a otro que estaba al lado, el Fox Glacier, pero tampoco pudimos ver nada. Ese día, para dormir, nos tocaba hacer el punky y como no encontramos nada mejor, nos plantamos en un párking de un centro de información del DOC (Deparment of Conservation) en el que ponía claramente NO CAMPING. Puede sonar cómo si la gente del DOC fueran como los boy scouts amigos del oso Yogi, pero en realidad son casi como el FBI neozelandés. Mires dónde mires te encuentras al Department por todos lados. A las 7:45 del día siguiente nos picó en la furgo el Deparment amenazando con multarnos si no nos íbamos en 5 minutos. Sólo necesitamos 2.

Con nuestra querida nube como compañera, nos dirigímos hacia Jackson Bay, dónde, en teoría, está la colonia más grande del mundo de pingüinos con «cresta». El problema es que ese día les dió a todos por salir de pesca matutina y no quedó allí ni el tato. Así que vam girar cua y nos dirigímos hacia Wanaka. Y parece que fue llegar allí y nuestra suerte cambió. El pueblo tiene un encanto especial: lagos, montañas, césped por todos lados y el sol que intentaba salir. Nuestro plan consistió en relajarnos un poco y disfrutar.

Al día siguiente, nos acercamos al Puzzling World. Un lugar lleno de ilusiones ópticas, laberintos y trucos en general. Por la tarde tocó PLANAZO. El sitio: «Cinema Paradiso», la película: estreno mundial de Harry Potter y entremanos: las mejores cookies de chocolate del mundo, recién salidas del horno!!!! El cine es una joya de NZ, con sofás más viejos que el Mehari, pósters de pelis antiguas por todos lados y hasta un viejo Beetle para ver la peli al más puro estilo «Grease». Después de un par de días en Wanaka y ya con el sol por compañero, nos dirigímos hacia Queenstown, de los pueblos con más encanto en los que hemos estado!!!

Allí, por primera vez, Martina disfrutó de un maravilloso Tempura Prawn Maki Sushi (pobrecilla se ha hecho adicta, cada vez que ve un japonés por la calle le pide que le haga un par de rollitos para llevar). Tras el suculento ápat nos fuimos en búsqueda de paisajes Lord of the Rings en el cercano pueblo de Glenorchy. Nos gustó tanto que nos quedamos a dormir.

Al día siguiente encontramos el «Paraíso», pero no quisimos acercarnos porque era un camino «no exit» y aún nos queda mucho viaje por delante, así que lo dejamos para la próxima vez. De allí nos fuimos hasta Manapouri, ya que al día siguiente habíamos reservado una excursión por Doubtful Sound.

El día comenzó con un viajecito en barco por el lago Manapouri, seguido de una visita guiada a una central hidroeléctrica, la cuál, está enterrada a 200 metros por debajo del nivel del lago (una historia muy larga de explicar). De nuevo respirando aire fresco en la superficie, cogimos el autobús (junto con un par de millones de mosquitos) hacia Deep Cove. Aquí nos esperaba otro barco para mostrarnos los encantos del segundo fiordo más largo de NZ. Fue increíbleespectacular (las fotos realmente no llegan a mostrar ni un 1% lo que es). Aunque decidirnos entre Doubtful y Mildford no fue fácil, al final preferimos gastarnos un poco (mucho) más y disfrutar de la majestuosidad de un fiordo, que ni siquiera el valiente capitán Cook se atrevió a navegar (de ahí el nombre). De vuelta en Manapouri, nos esperaba nuestra frago, compañera de aventuras, para acercarnos a Milford Sound; visita obligada para cualquier persona que aterriza en NZ y único fiordo accesible a través de carretera. Esa noche tocó dormir en una de las múltiples esplanadas con agujero (ellos lo llaman toilet) que el Department tiene repartidos a lo largo y ancho del país.

El camino hacia Milford Sound, vale casi tanto la pena como el fiordo en sí. En el camino conocimos a un par de Keas a las que, aunque el Department no lo permite, dimos de comer unos cacahuetillos. Muy simpáticas ellas. Una vez en el fiordo, tocó fotillos de rigor al Mitre Peak, tortillita de patatas y carretera y manta hacia Queenstown de nuevo.Después de que Martina se regalara el paladar con sus queridos Tempura prawn maki sushi de nuevo, nos dirigimos hacia el Mount Cook, otro icono neozelandés y de paso su pico más alto. Al llegar allí nos quedamos con la boca abierta al ver el lago azul que se extiende desde sus pies hacia tierras más llanas (para los freakies, las Rohan Plains). Como los de la tierra nos olemos unos a otros, aparcamos la frago al lado de una pareja de madrileños y casualidades de la vida uno de ellos era ex-Deloitte (al principio nos costó creerlo al verlo en gayumbos, con botas de montaña y con un par de rastas como llunganises).

Al despertarnos, y como nos encontrábamos fuertes, nos calzamos las botas y hicimos una excursión hasta el glaciar. Las vistas eran espectaculares y a lo lejos vimos y oímos algunos desprendimientos de hielo hacia el lago. Al volver a la furgo, de nuevo al volante y hacia el lago Tekapo. Teníamos pensado verlo de pasada, pero nos gustó tanto que tuvimos que quedarnos a dormir allí.

El 25 fue el día de los despropósitos. Nos levantamos y el plan era llegar en un par de horas al Mount Sunday (de nuevo para los frikies, Edoras, capital de Rohan). El par de horitas se convirtieron en 4 al llegar a 20 km del mismo y encontrarnos de cara con un camino de burros, pero como somos bastante cabezones eso no nos paró. Tras una hora a 20 km/h comiendo polvo y bajo un sol de justicia, ya veíamos el destino cerca, pero se nos cruzó en el camino un río imposible de atravesar y nos tuvimos que quedar comiendo pechugas rebozadas frías al lado de tres toros gigantes que nos miraban riéndose de nosotros. Con el rabo entre las piernas, volvimos a nuestra carrera de caracoles y esta vez fuimos más valientes: llegamos a 30 km/h. Pero bueno, no pasaba nada porque nos esperaba lo mejor del día: la «Inland Scenic Route». Suena bien, eh? Pues es sólo un poco más bonita que de Pallejà a mi casa. Así que probamos suerte más al norte con la «Alpine Pacific Triangle». Esta es más bonita, como de Mollet a Granollers. Como nos tocaba dormir en un DOC y en Kaikoura había uno gratuito, seguimos conduciendo un poco más hasta llegar allí. El sitio no estaba muy céntrico, a 10 km del pueblo nos tuvimos que desviar por otro sendero apto para burros y conducir 4 km más a medida que iba cayendo la noche. Nada más llegar nos quedamos callados. Un claro en medio del bosque, a km’s de la civilización, sin luz, con una furgo abandonada, dos toros y un coche. Aún sin cruzar palabra, empezamos el ritual que solemos seguir al llegar a un sitio, pero la curiosidad nos pudo y tuvimos que comprobar si había alguien dentro de aquel coche. Sólo vimos un pie apoyado en la ventana. «No hase falta que tu dises nada más», en segundos a la furgo le salieron alas y poco después estábamos pagando en un cámping.

Pero la mala racha no nos duró mucho, y a la mañana siguiente la costa de Kaikoura nos regaló focas, delfines, albatros y lo que a nosotros nos pareció a lo lejos una ballena (no es una vacilada: en este pueblo los barcos que te llevan a ver ballenas están tan seguros de su éxito que si no ves ninguna te devuelven el dinero). El final del viaje se acercaba y nos dirigimos hacia Christchurch, desde dónde hemos cogido el avión esta mañana. Un día de turisteo por Christchurch y decidimos acercarnos a un pequeño rincón afrancesado a una hora de la ciudad: Akaroa. Como echábamos de menos los caminos de cabras, decidimos coger una calle sin asfaltar que bordeaba la costa. En cuestión de minutos habíamos subido 400 metros de altura por la montaña y las vistas no tenían precio! Pasamos la noche delante del mar, con una puesta de sol espectacular, y a la mañana siguiente nos volvimos para Christchurch.

Esta mañana ha sido de trámite: devolver la frago, coger el vuelo y conseguir encontrar nuestro hostal en Sydney. Después de un mes de relativa comodidad volvemos a la esencia del viaje: mochila al hombro y dormitorios de ocho personas, pero por ahora sólo una semana.

Seguiremos informando!!!

Besos para todos!

ALBUM DE FOTOS

2 comentarios en “New Zealand: Part II

  1. Hola reis meus,
    Avui diumenge a casa i amb la calma d’un dia de festa i que demà serà La Constitució, us escric una mica. A veure si un d’aquests dies us enganxo quan truqueu per l’SKYPE i parlem una estona, que en tinc moltíssimes ganes.
    El papà em té al corrent i em comenta cada cop que parleu i que esteu la mar de bé.
    Les fotos són magnifiques i Martina carinyu, el teu aspecte és fantàstic, es nota que t’has engreixat una mica i amb el color del sol a la teva pell sembles una noia, una dona renovada. Què be!
    El Sergio també se’l veu molt bé i feliç. I noi, fas unes fotos precioses!

    Tota la setmana em quedo a Catalunya, fins dijous estarem a casa i divendres i dissabte pujarem a Puigcerdà a gastar-nos el regal de la Merche Millieri i la Maite Peralta. Martina, recordes el regal del meu aniversari que era un curs de cuina que mai he pogut fer per falta de temps? al cap de dos anys me’l van canviar per una estada del Plan B i que es caduca el 31 de desembre, així que el gastarem ara. Hem triat l’Hotel Villa Paulita al costat del llac de Puigcerdà, així ens reconfortem una mica amb la Cerdanya, que ara fa molt de temps que no hi pugem… després de tants anys de no faltar al llarg dels hiverns.

    Ahir vam anar a veure la pel•lícula Les Xarxes Socials, molt suggerent, si no l’heu vist us la recomanem.
    Ens anem ara a la piscina amb la Iaia i després farem el dinaret de diumenge. Una mica trist perquè ens falteu vosaltres. Un petó ben fort i cuideu-vos molt i molt (com diu el papà).

    GPS

  2. Hola, tinc billet d’anada Sydney 29 de març i tornada 16 abril.. fins el 2 d’abril he d’estar a Sydney, però amb els 14 dies que resten què farieu? Compensa anar fins a Auckland? Sempre m’havia fet ganes anar a Australia, però com que pinteu Nova Zelanda tant xula…

    Anyway, vull tips i fotos dels dos llocs!!

    Merci,

    Quico

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